¿¡Pero... esto qué es!?

Estaba a punto de pedir que me devolvieran el dinero de mi carné de socio del Pucela. Yo no me aboné para esto. Primero fueron los resultados favorables. Perdemos contra Racing y Athletic, empatamos con Osasuna y perdemos de nuevo con el Barça y nunca caemos a puestos de descenso. Luego vienen las ayudas arbitrales en forma de penaltis a favor inexistentes (Barça y Zaragoza), goles legales en contra anunlados (Zaragoza). Si hasta remontamos partidos cuando estábamos prácticamente sintiendo las llamas del infierno como en el descanso del partido contra los zaragocistas. ¡Cuándo hemos visto al Real Valladolid remontando partidos cuando todo parecía perdido! Y para rizar el rizo nos da por encadenar dos victorias y un empate contra el cuarto clasificado que encarrilan ¡y de qué manera! la permanencia. 7 puntos de 9 posibles cuando más los necesitamos. ¡¡Por favor!! Pero si hasta podíamos entrar en la UEFA por ir terceros en la clasificación de fair-play. ¿El Pucela jugando en Europa? ¡¡¡Venga ya!!!

Estábamos perdiendo nuestras señas de identidad, la pricipal característica de nuestro club, esto es, la mala suerte, el desastre, la decepción... Yo quería eso cuando saqué mi abono este verano, no encadenar victorias, ni ser optimistas, ni estar tocando la salvación a falta de seis jornadas. Eso no es el Real Valladolid.

Por suerte, la providencia nos ha devuelto al buen camino. El Levante ha convocado una huelga en su partido contra el Recre para que les paguen lo que les deben y están dispuestos a llegar hasta el final. Si el equipo no salta al campo en dos partidos consecutivos, descenderán de forma automática a Segunda B y todos los equipos que hayan puntuado contra ellos en la segunda vuelta perderán esos puntos conseguidos. Y como de los equipos en peligro real de descender, sólo sacamos los 3 puntos nosotros, seríamos los más perjudicados y quedaríamos al borde mismo del abismo.

¡Qué agradable es la sensación de volver a tener la espada de Damocles sobre nuestra cabeza! Ahora ya si que vuelvo a sentirme blanquivioleta.